martes, 31 de mayo de 2011

Combates



(los textos sumerios más herméticos dicen que el principio y el fin comparten la misma opacidad; que sólo se diferencian por el combate que transcurre entre ambos extremos)

martes, 24 de mayo de 2011

La diosa. y 3



…y en esa inversión también eres tú. También se alargan las angustias y se prolongan las sonrisas y se descomponen los deseos. Pero ahí los planes no sirven. Nada hay consecuente con tu vida en ese derrumbe que no puede medirse con la vara del tiempo consciente. Hay de pronto una situación plana. Una extensión de cuya luz cegadora no puede decirse que sea luz. Podría ser tiniebla porque nada es reconocible allí. Donde no existen objetos, ni colores, ni sonidos, ni paisaje, ni volúmenes. Lo leo en tu inercia. El calor de tu cuerpo se ha contenido, la respiración se detiene, el sudor se seca, la agitación desaparece, el vello deja de erizarse, los párpados están rígidos, tu figura se diluye. Es en ese instante cuando estoy por saltar sobre ti y apropiarme de una configuración que me falta. Es en ese momento cuando deseo liberarte de tus tormentos y modificar tus emociones. Cuando anhelo cerrar los pensamientos que te ligan a este mundo y conjurar para siempre tus recuerdos. Cuando me apetece salvar el don de tu palabra y la caricia de tus gestos. Y porque sé que el paréntesis te ha sacado, siquiera brevemente, de la existencia, me precipito al vacío y a la iniquidad. Busco tu boca para besarla, abro tus párpados para contemplar el brillo de tus ojos, huelo tu sudor para ubicar tu deseo, rozo tus dedos para palpar por ellos, lamo tu pecho para saborear tu sal, rasgo tu perfil para que al despertar ya no seas el mismo.   



sábado, 21 de mayo de 2011

La diosa . 2



…porque yo comprendo tu apariencia. Esa disposición detenida es la máscara que te oculta de ti mismo. La ignoras. Desconoces cómo eres cuando dejas de ser provisionalmente. Te sorprenderías de tus posturas, de los movimientos violentos que desatas, del desplazamiento de una masa que muere y resucita en cada espasmo. A veces no se mueve un músculo de tu cuerpo. Entonces es cuando yo me preocupo. No porque piense que vas a quedarte así para siempre, ya que soy yo quien posee la propiedad inalterable. Me inquieta no captar las dimensiones de lo que vives cuando estás parado. Los ejercicios de brazos, los estiramientos, la risa loca ocasional, la baba que te resbala por los labios, la desazón de tu cabeza, los puños que presionan la cama, cualquier gesto me da indicios de cuanto se catapulta a espaldas tuyas. Eres sólo un médium de alguien rendido al agotamiento y al hastío, lo sé. Las voces que suenan de fondo se despojan de nitidez, y en ese momento sufres conmociones. No consigues sujetar al ladrón que escapa, ni bloquear al asesino que se precipita sobre ti con un arma, ni saltar de la vía cuando llega el tren, ni sentarte apacible ante el barranco. Es un instante, pero el tiempo te traiciona. Su ley no rige. Y observo que sudas y que desapareces en el hedor de tu desasosiego…

miércoles, 18 de mayo de 2011

La diosa



(Habla ella desde la pared)

…hay una cierta distancia sobre tu sueño. Sólo voy a contemplarte. Siempre es atrayente hacerlo. Te desprovees de los gestos que han tensado tu rostro durante el día. Tampoco parece que estés muerto. Lo muerto no es una representación de este mundo. Es la impronta de la descomposición que ha quedado sin nombre, sin aliento, sin recuperación. Lo tuyo es simplemente evasión. Vivencias en otros planos donde se recomponen los agobios que has padecido durante las últimas horas. Puedo hablarte así porque en mi inmutabilidad me ha sido concedido el don de la palabra amable. Esto no quiera decir que lo que te diga sea benévolo ni contenga un constante parabién. Es probable que no me escuches. Aunque sé que mis palabras te llegan. Pero donde estás no existe el escuchar. Tu mente permanece abierta a cualquier influencia exterior, pero no puedes hacer nada por evitarlo ni reconducirlo. ¿Que estás a mi merced? Naturalmente. No por ello debes temer. Mi misión no es hacerte padecer. Ni poseerte. Si te sientes mejor te diré que desde esta altura mi encomienda es velar. Pero velar no es sustituir. Es procurar que tu desencuentro ahí abajo no cese…




domingo, 8 de mayo de 2011

Salbaches




Antes o después nos propondrán la alternancia. Nunca estuvieron lejanos. Jamás fuimos sino aquello que deseamos ser de ellos. Nos separó el rechazo que sufrimos dentro de nosotros. Nos hizo temerles las imágenes que repetíamos cada día. Ya están aquí. Reencuentro.



viernes, 6 de mayo de 2011

Salbatice



Su rostro es el nuestro. Nuestro perfil es el suyo. El viento es tan antiguo. Y las lágrimas  son salinas en todas partes. No hay lugar del desierto ni fondo de valles alpinos ni abismos oceánicos que no sepan de su existencia. Aproximación.




jueves, 5 de mayo de 2011

Selvatico



Legañosas y tibias luces las que cuestionan nuestra pasividad. No vienen a despertarnos; tan sólo nos avisan de que la vida en tinieblas acaba creando ciegos. Admoniciones para seres perplejos. 



miércoles, 4 de mayo de 2011

Sauvages




Somos recorridos por un movimiento pendular. En su mirada percibimos algo cada vez más nítido de nosotros mismos. Nos llevan, nos traen. Tan pronto son reflejos como carne. Trueque de identidades.

martes, 3 de mayo de 2011

Selvagem



Con la precisión del ritmo se desplazan. Rotan sobre su eje y se despliegan ante nuestra temblorosa sorpresa. Paisaje de la oscilación.




lunes, 2 de mayo de 2011

Salvaxe



Con la cerviz erguida sus rasgos se perfilan más evidentes. Sin embargo difícil saber si se aproximan o se alejan. Hay que esperar algo más. Un rumor tal vez. Hipnóticos vaivenes.


domingo, 1 de mayo de 2011

Salvatges



Desafían nuestras atonías. Nos estudian. Al dejarnos contemplar toman algo de nosotros. Cada una de nuestra muecas la hacen suya. Esbozos.