Tu ojo de la aguja busca el hilo que lo enhebre. Se despliega como una retina transparente y sin fondo. A través de ella, veo. A punto estoy de tentar la suerte. ¿Pasaré la prueba? Más allá, la textura pide ser tejida. ¿Serán mis dedos capaces de afinar por el leve agujero? Contengo la respiración y afirmo el pulso. Llegaré a vestir tus crines irreductibles. Mira que estoy hecho de suspiros, llama mía.
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Interesante combinación de imágenes que hablan.
ResponderEliminarEn efecto, Anónimo, las imágenes no ncesitarían el acompañamiento de las palabras. Las palabras no serían tampoco mucho sin las imágenes.
ResponderEliminarGracias por opinar y seguir el blog.