martes, 24 de mayo de 2011

La diosa. y 3



…y en esa inversión también eres tú. También se alargan las angustias y se prolongan las sonrisas y se descomponen los deseos. Pero ahí los planes no sirven. Nada hay consecuente con tu vida en ese derrumbe que no puede medirse con la vara del tiempo consciente. Hay de pronto una situación plana. Una extensión de cuya luz cegadora no puede decirse que sea luz. Podría ser tiniebla porque nada es reconocible allí. Donde no existen objetos, ni colores, ni sonidos, ni paisaje, ni volúmenes. Lo leo en tu inercia. El calor de tu cuerpo se ha contenido, la respiración se detiene, el sudor se seca, la agitación desaparece, el vello deja de erizarse, los párpados están rígidos, tu figura se diluye. Es en ese instante cuando estoy por saltar sobre ti y apropiarme de una configuración que me falta. Es en ese momento cuando deseo liberarte de tus tormentos y modificar tus emociones. Cuando anhelo cerrar los pensamientos que te ligan a este mundo y conjurar para siempre tus recuerdos. Cuando me apetece salvar el don de tu palabra y la caricia de tus gestos. Y porque sé que el paréntesis te ha sacado, siquiera brevemente, de la existencia, me precipito al vacío y a la iniquidad. Busco tu boca para besarla, abro tus párpados para contemplar el brillo de tus ojos, huelo tu sudor para ubicar tu deseo, rozo tus dedos para palpar por ellos, lamo tu pecho para saborear tu sal, rasgo tu perfil para que al despertar ya no seas el mismo.   



23 comentarios:

  1. Mucho es lo que hace la diosa. Anda metida en la piel, se mete hondo sin ahogarse.

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  2. Es tan hondo y tan personal pero, a la vez, tan amplio lo que dices en esta serie. Me fascina leerte, no hay vueltas. No comentaba en un buen rato, pero es porque, básicamente, no siempre tengo algo qué decir. Leo y me quedo con ese extraño e íntimo silencio que me producen. Un saludo.

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  3. Es una Diosa llena de deseos y de ensoñaciones, atesorando esperanzas cuando su hospedador es ocaso para verlas cumplidas tras la alborada...

    Ha sido una serie magnífica y por ello mi más sincera admiración.

    Un saludo.

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  4. Andri, es que las diosas y los dioses son tan humanos...

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  5. Susan, entiendo que no es fácil comentar. Yo mismo, aunque leo y escucho con atención y me dejo motivar por ideas de otros, no soy muy proclive a hacerlo. Pero lo valoro. Con sentirme leído me basta. Pero si tienes que objetar algo que te disgusta, también puedes hacerlo libre y descarnadamente.

    Saludos apacibles.

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  6. Tal vez, Gabriela, es la diosa (el dios) interior que uno deja colgada en la pared o sobre una silla mientras se sumerge en el océano onírico, ¿no crees? Del que no puede desproveerse del todo.

    Un abrazo.

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  7. Jean:
    Todo soplo de vida se mueve sobre el abismo de la ingrata voluntad de quienes despiertan lejos de nuestro deseo. Le llaman libre albedrío y el concederlo es lo que hace al creador parte de su propia obra porque ya no puede ser su totalidad.

    Saludos desde la Olla.

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  8. Es probable, Pierrot. Pero es el precio de la individualidad. Movernos entre realidades y ficciones, entre lo palpable y lo soñado, entre dos clase de incertidumbres, de vidas parciales, de experiencias paralelas. El libre albedrío está condicionado en ambas. El hombre tiende a imaginar, a crear, en hacer algo que antes no ha hecho -independientemente de que otros hombres ya lo hayan intentado- porque necesita afirmarse en ello. La experiencia es siempre un proceso personal. La experiencia colectiva, que es también, sirve al individuo si la metaboliza. Y esa materia la comvierte en algo, ¿Aprendizaje? ¿Saber? ¿Obra? Pasos, Pierrot, simplemente pasos.

    El hombre no debe creerse nunca lo de demiurgo. Debe permanecer sólo en una conciencia de artesano. Le iría mejor. Se preveerían las catástrofes.

    Un abrazo desde la meseta castellana.

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  9. Pienso que es bueno ir con cuidado de no preveer mucho, porque las catástrofes no servirían de nada entonces, no acabarían con lo que estuviese levantado, para algo son las catástrofes, no?

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  10. Y el hombre debe creerse lo que le de la gana, ya tendrá sus consecuencias o experiencias, "buenas o malas", sin que dependa de lo que éstas sean para él.

    No sé, se me ocurre.

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  11. Ha sido una serie estupenda. Dioses y diosas nos habitan, nos sostienen y pueblan, pero no estamos conscientes de ello, y es en el desdoblamiento onírico donde ocurrirá el fenómeno de la separación y la observación de aquellos. Me ha parecido fascinante la mirada "desde la reina", no el(la) protagonista como observador(a) sino como observado(a). Todo es experiencia, y al final, lo único que atestigua la vida es ésta. Comparto con la poeta Amorós nuestra capacidad de admirar y deleitarnos con tu oficio Jean. Gracias por tu sobriedad y profundidad.
    Un abrazo.

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  12. Pero Jean, ¿qué te crees, que no haces falta en el panorama? Nada, que tengas buen domingo.

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  13. Me uno al -cordial- reclamo de Andri Alba. Que tu semana por venir sea maravillosa, para ti y tus lectores.
    Un abrazo.

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  14. Hola Jean,

    Te mando un abrazo desde La Emoción Indomable.

    Hasta pronto.

    Gabriela.

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  15. Andri. Hay catástrofes previsibles, porque catástrofe significa desgracia-destrucción y eso pued edarse se prevea (y no se tomen medidas) o no se prevena (porque aún no se llega a controlar, los terremotos, por ejemplo)

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  16. El hombre, Andri, saca conclusiones de la experiencia, sea ésta grata, positiva o funesta. De todo saca el hombre conclusiones. Otra cosa es que pueda encarar si se repiten los acontecimientos. La vida es eso. Incumbe por igual al más humilde y al más elevado. A veces al humilde se le ocurren deducciones que al elevado no le alcanzan o si le alcanzan no quiere aplicar correcciones porque daña al "negocio".

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  17. Hummm. He tenido buena semana, pero no he podido estar in situ. Disculpas. Gracias por acompañarme aquí.

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  18. Gabriela, gracias. Perfilo otra serie, pero me cuesta decidirme. Hay temas duros. Salud siempre. Un abrazo.

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  19. Ah, Julio, me salté tu coment. Habría mucho que hablar sobre dioses y diosas. Son nuestra proyección interior. Cuando es una imagen personal puedo aceptarla. Cuando cierta gente, convertida en castas, preconizan un control mental sobre los individuos y dictan leyes, normas y morales mi actitud es otra. No los acepto. No va por ahí esta minidisquisición de La Diosa, pero lo aclaro porque me gusta manifestar mi libertad. La libertad nunca hay que ocultarla.

    Sois generosos, pero no tengo oificio, sólo necesidad. De indagar, de prospectar, de dudar, de saber que es ser humano. Me siento bien sólo ejercitando, aunque no llegue a nada.

    Un gran abrazo.

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  20. ¿Puede el observado, observar a la diosa?, ¿puede si acaso algunas vez dominar dicha presencia?, ¿puede, quizás, saber quién es ella? ¿Puede ella desnudarse ante su observado?...

    Este es un espacio para seguir visitando.

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  21. Carlotte. A todo: Puede. Pero es un secreto saber bajo qué condiciones.

    Gracias por pasar por esta evanescencia.

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  22. La mentira de la verdad

    No me digas que me amas porque dudo.
    No es tu culpa la duda que me engulle
    en su sombra, en sus blancas plumas,
    en la negra espuma que se excusa
    en la mentira que encierra la verdad
    que me intenta asustar y quitar el sueño,
    ese clavo ardiendo del que prefiero asirme
    pensando que es verdad lo que me dices.

    Andri Alba
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    El alquimista de las letras

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  23. Los anónimos no se pueden borrar, no es se "excusa", es: "se escuda"...

    Ta claro que he vuelto. Hoy tu fuerza planetaria me ha atraído. Soy un asteroide.

    Andri Alba

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