domingo, 1 de mayo de 2011

Salvatges



Desafían nuestras atonías. Nos estudian. Al dejarnos contemplar toman algo de nosotros. Cada una de nuestra muecas la hacen suya. Esbozos.

8 comentarios:

  1. ¿Y les sirve para algo?, ¡para nada!. De eso estoy segura.

    Saludos.

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  2. Pues no sé, Lou. Eso habría que preguntárselo a ellos. O esperar a que se manifiesten. Gracias por pasarte.

    Buen descanso.

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  3. Por eso tiembla el éter cuando intentan explicarlo.

    Un saludo, Jean y felicitaciones por esta nueva serie de reflexiones sobre la antimateria ( mi opinión, claro)

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  4. Gabriela, lo mío son prospecciones. Ojalá me aproximara siquiera. Pero no científicas. Sólamente ilusorias. Uno poco sabe de la materia, mucho menos de su complementaria.

    Uno se considera meramente éter.

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  5. Claro, Jean, comparto visión. Tampoco una está capacitada para hablar en términos de ciencia. Tal vez seamos meramente éter, digo tal vez pues no puedo hablar en términos absolutos. Por eso he dicho que tiembla el éter cuando intentamos explicarlo, de la misma forma que lo hace el semblante de la imagen al intentar ser captado por la cámara.

    Un saludo.

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  6. El baile del semblante torea a la cámara. Pero, ay del ojo de ésta.

    Buena nocturnidad.

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  7. Ciertamente, entiendo que, sólo somos nubes de átomos... Que cuando toco un vaso, algo del vaso se viene pegado a "¿mi piel?", y algo de ella queda allá.
    Un abrazo.

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  8. Sí, señor, me gusta el símil. Aparte de que es cierto. A veces queda solo en forma de huellas o de carmín de labios.

    Los átomos nos habitan por doquier. Grandeza del universo.

    Un fuerte abrazo, Julio.

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