miércoles, 4 de mayo de 2011

Sauvages




Somos recorridos por un movimiento pendular. En su mirada percibimos algo cada vez más nítido de nosotros mismos. Nos llevan, nos traen. Tan pronto son reflejos como carne. Trueque de identidades.

8 comentarios:

  1. Quitando la heredad genética, el apellido, la nacionalidad, el lenguaje y lo "cultural", entiendo que somos "nuestras experiencias -sólo la experiencia atestigua la vida-", y éstas podrán "mutar, recrearse, reinventarse" en los sueños -principalmente- o en aquellas arrebatadoras ideas. Somos lo que pensamos, pero pensamos lo que somos. ¿Adónde nos llevan estos fragmentos? Seré paciente.
    Un abrazo, Jean.

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  2. Bien, Julio, me siento arropado. Somos, sobre todo, nuestra experiencia. Porque ella es el resultado de una catalización compleja y febril. Somos lo que pensamos y lo que no pensamos, lo que adoptamos y lo que rechazamos, lo que digerimos y lo que vomitamos...Estamos formados de plenitud (efímera) y de carencia (persistente) Somos el movimiento (inteligencia física) y la sujección (endeble) Los sueños ayudan a no perecer antes de/del tiempo.

    Gracias por tu paciencia (y no me condenes mucho si no vamos a ninguna parte, jaj)

    Buen día, Julio.

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  3. Y como dice José Luis Sampedro: "Siento, luego existo".
    Es un placer leerte.
    Saludos

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  4. Jean, estoy de acuerdo contigo en el sentido de que los sueños son la sujección, son una prueba de que la fantasía, la ensoñación referida a lo que no ha sucedido, es una de las más profundas necesidades del hombre. Y esa aleación entre la levedad y el propio peso de la existencia es un mecanismo fatídico para la observación del mero instinto. Como instinto me refiero a un meta-instinto propio del hombre que implica una fuerza que va más allá del mero impulso a sobrevivir, protegerse y reproducirse de todos los seres vivos. Por tanto, podríase llamar supravivencia o un deseo perpetuo por ir más allá de todos, de todo, y hasta más allá de sí mismo y de su propia muerte. Este impulso irracional por expandirse es lo que también nos perfila y humildemente creo que no desdice lo que habéis aportado los comentaristas de una manera brillante.

    Un saludo.

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  5. Joana, es muy inteligente y dulce lo que dice Sampedro. La gente que llega a su edad y en plenas facultades es muy hermosa. Lo sé por experiencia próxima.

    Buena noche. Sintamos. Seamos.

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  6. Pero los sueños poseen también una gravedad terrible, Gabriela. Lo que pasa es que al desconectarlos y despertar de nuevo y encarar los problemas cotidianos vuelven estos a tomar consistencia. Pero los sueños nos agarrotan, nos confunden. nos metamorfosean hasta extremos arriesgados. ¡Nacemos nuevos cada día! No había pensado en el concepto de meta-instinto del que hablas. Porque ya el instinto me parece de tal envergadura por sí mismo que no me preocupa tanto ponerle nombres a sus dimensiones como más bien conocerlas. Ese impulso, o meta-instinto, o eso que quiere ir más allá (no en dirección metafísica convencional ni teológica ni esotérica) creo que se manifiesta en la creatividad, en el arte, en el afinamiento por representar todo lo posible: objetos, paisajes, seres, emociones, instintos...¿No es la creación artística lo que ahonda en la profundidad del Ser humano y lo proyecta? ¿No es lo que nos expande, lo que rompe límites y nos caracteriza?

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  7. Bueno Jean, la verdad es que lo llamo meta-instinto por operatividad, sin visos de grandeza, de verdad, sólo para distinguirlo de lo que entendemos como instinto. Y claro, estoy de acuerdo contigo, ese deseo de expandirse propio del hombre también es creación artística pero personalmente también incluyo en él otras manifestaciones como el pensamiento filosófico o la religión, etc... por tanto, sí, por supuesto que somos también lo que creamos... Lo has expresado tú con mejor claridad que yo, lo único que en ese deseo de expansión incluyo algunas cosas más pero esto ya es un planteamiento personal... no quiero desviar el tema de esta serie que publicas y tendré paciencia,... es que es fascinante.

    Un saludo.

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  8. Claro, Gabriela. El pensamiento filosófico es creatividad también. La religión...tiene tanto de fantasía. Habría que saber si hablamos de su sentido en el pasado o en el actual. Ha variado como las filosofías especulativas, los estilos artísticos...La visión del mundo cambia permanentemente, se rehace, se restaura, se reinventa. Lo que se crea es la cultura, un corpus totalizador que no sabemos nunca con claridad si es causa y efecto, o ambas a la vez.

    El salvajismo fue una visión de los otros. Pero una visión fantástica, literaria, narrada oralmente, iluminada en códices, en fachadas, en tapices...La visión sobre el mito de los salvajes es antiquísima, desde Ur, luego cada cultura la ha adaptado a su manera de ver, a su necesidad de refundir el mito. Sospecho que el salvaje sigue ahí, aunque nuestra visión no sea obsesiva como en tiempos pretéritos y ahora se manifieste más en nuestra psiqué individual.

    El espejo nos muestra todos los días el salvaje que tememos, al que odiamos pero al que recuperamos, al que combatimos pero al que exultamos. No digo más. Un abrazo.

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