martes, 12 de febrero de 2013

Expulsiones. 5



¿Instinto de protección o inercia?
¿Modo de ser o concentración?
¿Confusión o decisión contenida?
¿Espera tensa o prospección?
Todo implica una dinámica alterna:
el efecto siguiente es el inicial
de otro más próximo y éste de otro más.
Nada hay acabado en el ser.


6 comentarios:

  1. ¡Cuántas preguntas y qué difícil dar una sola respuesta!
    Iré pensando en los argumentos de cada una para ver si es posible refundirlos en uno que englobe una respuesta.
    Seguro que en nuestro cerebro hay alguna anticipación a nuestra conducta y creemos haber tomado la iniciativa. Bien leídas las preguntas, no me parece que sean polos opuestos o contrarios. ¿No es inercia el instinto de protección? ¿La concentración no es un modo de ser cuando se está en ello? ¿Cuándo esperamos en tensión no estamos haciendo una prospección interior de lo que esperamos o queremos que suceda?

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    1. Nuestro cerebro a veces es una balanza. Sometemos a peso y contrapeso las decisiones, lo que nos llega, lo que nos abandona...Pero no somos almas puras ni simples. Y la balanza muchas veces no acaba de decidir. Sí: la tensión de la espera expresa probablemente lo más complejo de nuestro ser, no me cabe duda. Prospección, indecisión, miedo a lo fatal o al error...Hay tanto en ese instante.

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  2. Llevo mucho tiempo desaparecida, regreso y me encuentro con una serie tuya nueva :_____)

    Elijo confusión.

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    1. Desaparecer suele ser positivo. ¿A que regresas al menos con expectación? (Y no lo digo por mi blog, sino por ti misma) Gracias. ¿Eliges confusión? Que ahondes en ella y distingas sus rostros.

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  3. Maravilloso poema, epigrama filosófico o ambas.
    No te ofendas por la comparación, pero es tal cual la esencia de las reflexiones filosóficas sobre la existencia humana del detective Cohle en "True Detective", ese personaje en que su actor borda la perfección interpretativa y del que aún no me he repuesto.
    Nada termina nunca, Sea digna o indigna, es nuestra materia. Apele en la serie el enigmático y eremítico detective a Nietzsche o a la Teoría M de cuerdas multidimensionales, nada hay acabado en el ser. De ahí su repetición eterna.
    Que al fin sería la exultante eternidad de su inacabado, por más contemos angustiosamente las horas mientras esperamos porque en ese agujero negro radica nuestro quid inevitable.
    Un saludazo (y cómo mola la evanescente de la foto)

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  4. Nada ha comenzado y nada termina, es obvio. A ver si la física nos ayuda de una santa vez a revisar el punto de comprensión del mundo (no sé si cuadra llamarlo filosofía) y terminamos con las ideologías que no explican nada y debemos dejarlas en Literatura...y eso que han causado sangre, sudor y lágrimas...

    La evanescente es un icono personal, Jean Sieberg estaba atormentada pero esa caracterización...

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