
Diríase un descuartizamiento. Se enseñaron con él. Si un rayo, si las termitas, si la enfermedad, si los hachazos. Siempre hay un punto débil. El espacio donde el desgarro se manifiesta. El punto donde la violencia hace mella. La diana donde la garra de la vejez se vuelve definitivamente inclemente. Un paisaje de astillas. La savia fugada.
Joder, brillante.
ResponderEliminarLos árboles nos hablan hasta una vez muertos. ¿No los escuchas?
ResponderEliminarBien por pararte aquí, AmaneceN.