
De ese desprendimiento nacen páginas de un libro. Es la materia prima, es la forma, es la escritura. ¿Alguien podría negar los signos transparentes que se han quedado a medias y buscan nuevas savias? El alma de las letras se compone de filamentos ilimitados. Cada hilo agota un texto, o vincula otro, o resucita el nonato. Leo en el árbol lo que no leo ya en la tinta.
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