No parar para no morir. Tu sino y tu encanto. No alejarme para no desaparecer. Mi sentido y mi propuesta. Aceptas mi acercamiento. Abres tu corola. Me la ofreces y me hipnotizas. El hombre atrapado en la pasión se vuelve dúctil y arriesga el ser. Pero pretende la vida. Extraña confluencia entre este ser que se hace a contrapelo y en conflicto con la materia que transforma. Como tú. Llama flor. Llama de sangre. Llama crisol. Arrobadamente me desbordas con tu belleza despiadada.
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