Por el palmeral se difunde la brisa de la noche. Quienes antes degustaron los frutos, ahora se dejan mecer por el ramaje que les adormece. Ellos luchan contra los elementos y la naturaleza provee contra los saqueadores. Carne dentro de carne, alma dentro de alma. Confusa e imprescindible simbiosis que no pasa inadvertida para los que callejean apacibles y descuidados. Capturando lo pequeño, interpretando cada sentido que depara el azar.
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