Te aúpas entre la expectación y la espera. Y en ese difícil equilibrio te mantiene más el ritmo que la claridad de lo que pretendes. O el objetivo está demasiado elevado o eres excesivamente pequeño. Pero las posiciones nunca permanecen en un mismo punto.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario