Hay un instante que no conoce tiempo en que se da el titubeo. Arrancar desde la soledad de lo efímero para pretender prolongar su mano. El trazo ignora qué largo va a acabar siendo. Es el valor de lo elemental en apariencia. La belleza de los impulsos que la naturaleza desconocía poseer en su interior. La estética de las manifestaciones que solo advierten los minerales, el viento y las corrientes subterráneas. Todo está allí dentro. No todo espera y su emersión es cuestión de azar.
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Ignoramos la fuerza que se esconde en nosotros, muchas veces queremos que solo quede latente.
ResponderEliminarEl trazo interminable sobre el papel de la existencia.
Besos Jean :)
La vie n'est faite que d'hésitation...
ResponderEliminarGros bisous.
Los trazos son sombras por fuerzas telúricas manejadas; la voluntad humana es la parte de azar en el juego.
ResponderEliminarBss
Great photo and words !!
ResponderEliminarHave a nice weekend :)
Me gustó.
ResponderEliminar=)
qué poco me gusta el azar y cuánto hay de eso en nuestras vidas, por más que muchos se empeñen en asegurar (incluso mediante explicaciones "razonables") todo lo contrario. un abrazo
ResponderEliminarWalter, y a veces descubrimos pequeñas dosis y nos parecen una potencia, ¿verdad?
ResponderEliminarMartine. Il est humain de doute, l'hésitation.
ResponderEliminarLe hasard, non?
Verso. Claro que hay una voluntad humana, ¿antes o después del azar? ¿O a la par? Observa, es una sombra la que traza siempre...
ResponderEliminarThank you for being sensitive to the mix of image and word, Groayla.
ResponderEliminarSuficiente. Neo.
ResponderEliminarPlantéate al azar como aliado y no te disgustará. De cualquier modo es inevitable. Las decisiones de la voluntad son siempre limitadas ante lo imprevisible.
ResponderEliminarBien, Noctiluca.