Si mantuvieras cierta noción del pudor, ya que el temple no varías, dejarías de girar sobre ti mismo. Si buscas adeptos que te den la razón los encontrarás, pues siempre hay individuos que hacen mayor caso al que más grita o repite. Pero también otros se apartarán de ti y serás señalado para advertencia de muchos. Si solo pretendes el desahogo de aquello que te corroe y te frustra, más te valiera hacer el ejercicio en privado, ante un espejo o asomado al arroyo manso. Si el espejo se raja o las aguas del río se enturbian, no culpes a los elementos. Pero no quieres contemplar tu imagen. Porque también tú la temes.
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Pues nos pones a reflexionar, creemos hacerlo bien, funcionar de maravilla pero no estamos solos. Un abrazo
ResponderEliminarComo poco con el otro yo, que no necesariamente es aliado.
EliminarEse rictus debe temer hasta al espejo, sin dudarlo.
ResponderEliminarYo abogo por relajarse, incluso en momentos de ira total. Un abrazo
Para ello hay que alejarse del objeto de ira. Como poco.
EliminarUNo es producto de sus venenos internos. Un abrazo. Carlos
ResponderEliminarY capaz también de generar sus propios antídotos, es parte de la resistencia.
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