"Tú no estás dormida ni despierta: tú flotas en un tiempo sin horas" Carta de creencia. Octavio Paz

lunes, 10 de noviembre de 2025

Senufo (y 13) El korhogo

 


He terminado el korhogo. En él está nuestro mundo. O una visión de lo que habitamos. Una manera de contemplar la naturaleza de fuera y de dentro. O simplemente cómo concibo yo las tareas y los días. Lo sacaré  a la plaza del poblado para que todos lo vean. Ya no es mío. Lo ha sido mientras lo he realizado. Ahora todos son partícipes. Yo fui el intermediario. Como los cazadores lo somos. Tanto entre estos como sobre mi arte solos somos propietarios de las habilidades y las estrategemas. El primer korhogo que me mostraron en la niñez me impactó de tal modo que germinó dentro de mí. Era más intenso, más colorido, con personajes más terroríficos. ¿Pero qué es lo terrorífico sino el modo de reaccionar unas especies animales frente a otras, para marcar territorios y necesidades? Chozas, animales, brujos, máscaras, sabana...Imágenes poderosas, ahítas de contenidos y plenas de ilusiones. Ahí queda. Me espera la próxima obra. 




domingo, 9 de noviembre de 2025

Senufo (12)

 



Haber llenado la despensa se ha convertido en una celebración. El ejercicio de la captura de las piezas ha apaciguado a los jóvenes. Las mujeres celebran la preparación del festín. Los ancianos se congratulan de ver que sus enseñanzas han servido a nuevas generaciones. Los niños juegan a emular a los cazadores. Los púberes, entre dos territorios: el fértil que van abandonando y el árido que se les abre ante sus pies. Cansado aún del recorrido no obstante el cuerpo no me exige reposar. O descanso de otro modo. Desarrollando mis aptitudes. Algunos adolescentes me han pedido que les pinte el rostro como a los guerreros más feroces. Entran en tropel en mi choza y, asombrados, señalan las máscaras que he elaborado y piden ser como ellas. No hay mejor fiesta que la cotidiana. Saberse un día más vivos y encontrando sentido en la supervivencia.



jueves, 6 de noviembre de 2025

Senufo (11)

 


He sido el raro de la partida de caza. Me he pintado como nadie y como nunca. Mi rostro ha producido espanto entre mis compañeros. Vas a asustar a los animales y si huyen ¿cómo abatiremos las piezas? Bolom ha dado la cara por mí. Veréis cómo sacaremos provecho del desconcierto de los animales cuando se enfrenten a esta máscara andante, ha dicho. Así ha resultado. Lo mío ha sido una interpretación inédita. Mis compañeros estaban más pendientes de ella que de cercar la caza. No he parado de agitarme, de dar saltos adelante y atrás. El animal rodeado no ha huido, más bien quedaba paralizado. Cuando he proferido gritos agudos, imitando sonidos de los animales más depredadores de la sabana, el pobre no sabía reaccionar. Ha sido presa fácil. Lo he sentido. Y para olvidar el mal trago que me causaba la víctima he seguido danzando y emitiendo gruñidos a lo largo del camino de vuelta.  El grupo ha reído. Hacía tiempo que no me sentía tan integrado, que es tanto como decir comprendido.



martes, 4 de noviembre de 2025

Senufo (10)

 


La línea del horizonte se va tornando roja. Nuevos sonidos han despertado. No sopla apenas aire y sin embargo mi olfato detecta lejanos aromas. Bolom lo dice: a veces lo que sentimos son recuerdos. Me gusta que mi amigo tenga pensamientos análogos a los míos. Pero él mantiene su peculiar porte. Otras cabañas se ha abierto. Algunos salen de ellas estirándose y dando bramidos. Les gusta representar el papel de aguerridos dispuestos siempre a la iniciativa. Vienen a nuestro lado, pendientes de lo que Bolom sugiera. Si vamos a intentar algo debemos ponernos en marcha, les digo. Me miran con sorpresa e incredulidad. Se miran entre ellos. Ve tú en cabeza, me indican con afabilidad. ¿Me estarán viendo como un cómplice y no como un disidente? 



sábado, 1 de noviembre de 2025

Senufo (9)

 



Y yo le entiendo. Somos las dos caras de la misma hermandad. También las dos máscaras de lo diverso. ¿Es por eso por lo que nos llevamos tan bien? Sus enemigos son los míos del mismo modo que los míos son sus adversarios. ¡Siendo tan diferentes! Sois tal para cual desde niños, dicen nuestros mayores. Habéis reñido, pero en camaradería. Os habéis echado una mano  en las dificultades. Ninguna de vuestras vidas queda pendiente de ser compensada por el otro porque ambos os habéis protegido mutuamente. Yo comprendo que Bolom necesite demostrar liderazgo con los demás siendo tan hábil en la caza. Él acepta que yo no me incline por la sed de sangre que a veces exhiben los cazadores. Un día me lo dijo: no me avergüenzo en absoluto de ti. Lo que nos salva es que nos complementemos.