La línea del horizonte se va tornando roja. Nuevos sonidos han despertado. No sopla apenas aire y sin embargo mi olfato detecta lejanos aromas. Bolom lo dice: a veces lo que sentimos son recuerdos. Me gusta que mi amigo tenga pensamientos análogos a los míos. Pero él mantiene su peculiar porte. Otras cabañas se ha abierto. Algunos salen de ellas estirándose y dando bramidos. Les gusta representar el papel de aguerridos dispuestos siempre a la iniciativa. Vienen a nuestro lado, pendientes de lo que Bolom sugiera. Si vamos a intentar algo debemos ponernos en marcha, les digo. Me miran con sorpresa e incredulidad. Se miran entre ellos. Ve tú en cabeza, me indican con afabilidad. ¿Me estarán viendo como un cómplice y no como un disidente?


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