viernes, 17 de septiembre de 2010

Fulgores

Tú, la evanescente, tienes cuerpo. Eres la densidad de una masa eternamente móvil. La ignición es tu razón de ser. La duración de tu fulgor no te hace más insignificante. Dicen que quemas. Dicen que iluminas. Pasas a mi lado y te ofreces. O cegarme o ver.



4 comentarios:

  1. Me encanta esta serie.
    Me llevaría alguna de las imágenes, o todas… pero fíjate que me da pena separarlas de sus textos. No creo que con ningún otro pudieran tener tanto sentido ni tanta fuerza como con los tuyos. Otro día lo intento.

    Muchas gracias. Buena noche.

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  2. Y a mi me gusta que te apropies de ellos, no, mejor dicho, que los compartas. Alguno podrás sacar mejor que otro de su contexto, ¿no? Prueba.

    Ay, las llamas...qué significado tan arraigado en nuestra especie.

    Gracias a ti.

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  3. Bueno, casi lo hice.
    No puede llevármela sola, espero que no te importe. Es que el texto que la acompaña me parece maravilloso, perfecto, y separarlos...

    Ahora vuelvo a estar atenta y expectante a los misterios que nos descubrirá la naturaleza.

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  4. Todo es evanescente, pero no menos real y ubicado en un tempo, que a veces solo es destello. Así que disponible está. Ahí, para quien pasa, sabe ver, escuchar el crepitar y leer las palabras que se depsrenden de la llama.

    Tómalo con entera libertad.

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