Nadie sabe con certeza si el trazo tiene clara desde el principio una dirección. El trazo es el instante. El trazo se configura solo a sí mismo. Es como un latido o una pulsación. El trazo es esencia. Lo que vaya a generar con su propia sucesión de ejercicios es siempre sorpresa. Pero, ¿no habrá acaso una llamada oculta que le conduce a descubrir un mundo?
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El problema del trazo es que carece de la memoria de su creación. Su pasado es historia, pero carece de la consciencia permanente.
ResponderEliminarBss.
Pero un trazo conduce a otro trazo y este a otro...¿podrían hacerlo sin alguna clase de memoria? Tampoco les importa mucho su conciencia, ¿verdad?
ResponderEliminarUn abrazo.