Gabriela, lo mío son prospecciones. Ojalá me aproximara siquiera. Pero no científicas. Sólamente ilusorias. Uno poco sabe de la materia, mucho menos de su complementaria.
Claro, Jean, comparto visión. Tampoco una está capacitada para hablar en términos de ciencia. Tal vez seamos meramente éter, digo tal vez pues no puedo hablar en términos absolutos. Por eso he dicho que tiembla el éter cuando intentamos explicarlo, de la misma forma que lo hace el semblante de la imagen al intentar ser captado por la cámara.
Ciertamente, entiendo que, sólo somos nubes de átomos... Que cuando toco un vaso, algo del vaso se viene pegado a "¿mi piel?", y algo de ella queda allá. Un abrazo.
¿Y les sirve para algo?, ¡para nada!. De eso estoy segura.
ResponderEliminarSaludos.
Pues no sé, Lou. Eso habría que preguntárselo a ellos. O esperar a que se manifiesten. Gracias por pasarte.
ResponderEliminarBuen descanso.
Por eso tiembla el éter cuando intentan explicarlo.
ResponderEliminarUn saludo, Jean y felicitaciones por esta nueva serie de reflexiones sobre la antimateria ( mi opinión, claro)
Gabriela, lo mío son prospecciones. Ojalá me aproximara siquiera. Pero no científicas. Sólamente ilusorias. Uno poco sabe de la materia, mucho menos de su complementaria.
ResponderEliminarUno se considera meramente éter.
Claro, Jean, comparto visión. Tampoco una está capacitada para hablar en términos de ciencia. Tal vez seamos meramente éter, digo tal vez pues no puedo hablar en términos absolutos. Por eso he dicho que tiembla el éter cuando intentamos explicarlo, de la misma forma que lo hace el semblante de la imagen al intentar ser captado por la cámara.
ResponderEliminarUn saludo.
El baile del semblante torea a la cámara. Pero, ay del ojo de ésta.
ResponderEliminarBuena nocturnidad.
Ciertamente, entiendo que, sólo somos nubes de átomos... Que cuando toco un vaso, algo del vaso se viene pegado a "¿mi piel?", y algo de ella queda allá.
ResponderEliminarUn abrazo.
Sí, señor, me gusta el símil. Aparte de que es cierto. A veces queda solo en forma de huellas o de carmín de labios.
ResponderEliminarLos átomos nos habitan por doquier. Grandeza del universo.
Un fuerte abrazo, Julio.