...y tú te preguntas: ¿pero acaso esto es ser hombre?, ¿nacer para hincar las rodillas?, ¿alzar la cabeza justo lo que te permiten?, ¿no probar de otra vida que puede estar creciendo dentro de mí?, pero con cada pregunta hay un impulso, tu energía toma entidad, y al par que tus músculos se consolidan y tus cabellos te otorgan carta de una madurez en ciernes, las facciones endurecidas claman por arrancarte de las manos que te sujetan.
Y si vamos cambiando el término “hombre/mujer” por persona?
ResponderEliminarYa sabes que me temo que cada persona, por muy erudita que se sienta y transmita, es víctima de si misma y de lo que considere “sus inclinaciones” con dudosa objetividad, puesto que en los tiempos de mayor absorción (infancia) se nos ha imbuido el dominio de la personalización como paradigma ideal debido a un supuesto pero erróneo concepto egoico . Y conste que valoro la necesidad de un ego = carro para andar circulando por ahí en su justa medida y conveniencia.
No es de extrañar el tormento de ese rostro juvenil!
Pues tal vez haya que generalizar el término que propones, aunque creo que se usa mucho coloquialmente. Es verdad que utilizo poco el término persona y más el de individuo, o el de hombre, pero hace tiempo me daba la impresión de que el término persona tenía ciertas connotaciones excesivamente neutrales y poco enérgicas y rehúyo su uso. Cosas mías, probablemente injustas. Creo que procede del latín persona, máscara de actores, que curioso. Si fuera así, ¿n sería curioso? Por lo demás te doy la razón respecto a la opinión que manifiestas sobre la personas y sus inclinaciones. Ya sabes que es un tema que hemos venido debatiendo con frecuencia.
EliminarLo interesante, al menos para mí, de ese rostro juvenil son los significados que puede emitir cuando lo aíslo del contexto.
Claro, por qué crees que muchas veces me refiero a mi misma como “este mascarón de proa”, como es lo primero que asoma, y anda y que no me he llevado chascos. Quizás sea por ello que sigo en la brecha de las sempiternas interrogantes.
EliminarPor cierto, comprendo perfectamente tu razonamiento, dadas las circunstancias de ese puñadito de blogueros “post guerreros” a las que pertenezco , pese a reconocer haber nacido entre las filas más afortunadas!
No solo asoma sino que además está en la vanguardia de la nao que surca los océanos, hala.
EliminarAy qué mono! Gracias mil, pero más bien como un pulpo en un campo de rugby!
EliminarCuidado con la melé, que aprieta y ahoga.
EliminarNacemos para ir erguidos, con la cabeza en alto.
ResponderEliminarUn abrazo
Huy, pues debe ser a quien se lo permitan. Observa aquello más obvio: las fotografías o imágenes de niños del llamado tercer mundo. Son erguidos, incluso altivos, en su infancia primaria, pero la que les espera en muchos casos les va doblando la cerviz, al menos en sentido de sistema de vida. Todo metáfora, ojo con las palabras, se dice el evanescente.
EliminarComo dice Albada, nacemos para ir erguidos, lo que parece bastante obvio es que luego la mayoría hincamos la rodilla o nos la hacen hincar, consciente o inconscientemente, son muchas cosas las que nos influyen, familia, economía, sociedad... y hacen que nos encontremos atados y bien atados antes siquiera de darnos cuenta. Sumidos en un circulo muy difícil de romper.
ResponderEliminarUn saludo.
No puedo añadir nada a tu apropiada opinión. Me identifico con ella.
EliminarExcelente texto que nos sirve para reflexionar. Nacemos para
ResponderEliminarconquistarnos a nosotros mismos, tener un lugar en el mundo, crear, amar y ser amados. Pero... es difícil alcanzar nuestro destino. Los obstáculos aparecen por todas partes. Solo si nos concentramos en el proceso valoraremos nuestra vida y la de los demás. Porque las metas no siempre se logran. Debemos ser amables con nosotros mismos y con los demás. Cada persona libra una batalla de la que apenas sabemos nada.
Un abrazo
Intachable tu opinión de principio a fin. Una interpretación acertada. Gracias.
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