Cuando no me ve nadie actúo. Imagino que me he puesto la máscara. Recorro entonces la aldea y simulo penetrar en cada choza. Pero no paso de su entrada. Luego rompo el perímetro del poblado y me adentro un tramo en terreno que distingo pero que nunca acabo de conocer del todo. Es la hora de nuevos rumores que van desadormeciendo y que se confunden con rugidos lejanos, con cantos de aves imprecisas, con silbidos de aires bondadosos que de pronto se paralizan. Creo saber de dónde procede cada señal pero el alba me confunde. Mi actuación crece y mi máscara me suple. Ya no soy solo yo sino que el personaje me hace crecer.
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario