lunes, 11 de junio de 2012

revelaciones, 9



- Sombra, tuviste suerte, simplemente. No hubo más. Quien te halló era noble. Y su presencia conjuraba el recuerdo que te atormentaba.

- Yo le esperé y no hubo límite. Yo le estimé y él supo ser consecuente. Yo le nombré y él abandonó todos los nombres para pronunciar el mío.




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