Ella está siempre allí. Caminante que llega, caminante al que da la bienvenida con alegría. Viajero que se va, viajero que es despedido con agradecimiento. ¿Y el individuo que se queda? Es atendido con toda la cortesía y condescendencia que se merece. No se trata de una imagen estática ni de un reclamo publicitario. Ella es lo que cada transeúnte quiera que sea. Si éste pide con bondad, ella concede. Si exige con malas formas, ella da margen para que corrija. Si anda perdido, ella le propone direcciones para que se oriente. Si vive en una nube de euforia, ella le pone en el suelo con amabilidad. Si le invade la bilis del odio, ella le proporciona un bálsamo. Si no ve, ella hace de lazarillo. Si está privado de amor, ella le envuelve en ternura. Si flaquea, ella le recompone. Si se hastía, ella le conduce al otro lado del lago. Ella está siempre allí. Lo que cada uno quiera que esté.
Jugador, juega con placer y satisfacción todos tus años, y procura hacerlos buenos, pues la única contrapartida que ella te reclama es que la disfrutes. No hay otra vida, sino ella.
(Ilustración de Artemio Rodríguez)
Magnífica descripción de tu aspecto femenino interno. No olvidemos que todos disponemos de ambos aspectos y no tiene nada que ver con el que nuestras hormonas materializan. Por ejemplo, mi hijo mayor también dispone de ello y he caído en la cuenta que su madre siempre fue una "caballera".
ResponderEliminarParece que ha llegado el tiempo en que indicios de antaño encuentran cierta coherencia porque existe suficiente "material" sobre el que sacar conclusiones. Por esa misma causa observo que mis palabras inducen a interpretaciones diversas y casi siempre cojas o deformes, lo cual frustra mis antaños entusiasmos. Debo tener cuidado y practicar el arte del silencio a sabiendas del terrible esfuerzo que me supone. Es como sentirse muerto en vida. Y lo escribe una persona nacida para disfrutar de la vida y compartirlo.
La vida es esencialmente femenina, dicen.
EliminarQue texto tan bello y sabio. Ella puede ser una mujer, la vida, la oportunidad, el ánima o aspecto femenino interno del varón (arquetipo de Jung).
ResponderEliminarGracias a estas palabras yo, como lectora, experiment equilibrio y sanación.
Un abrazo
Ella es la Vida (puede ponerse adjetivos, apellidos, verbos, nombres, preposiciones y conjunciones, etc.)
EliminarOh. Gracias a ti por leer e interiorizar.