El perseverante observa el desplazamiento. Él se ha dado con todo su riesgo. Ella se inclina reconociéndole el esfuerzo. Por un instante la convergencia parece que va a ser inevitable. Un habitante y un mundo a habitar. Ambos son dos mundos. Son habitantes de ámbitos que se necesitan. Que se estaban esperando mutuamente.
Un habitante y un mundo por habitar terminarán por formar un Estado. Abrazos
ResponderEliminarDos mundos y dos habitantes no pueden habitar un mundo para dos.
ResponderEliminar(aquí en este ámbito veo que cada uno riza su rizo)
Caray, lo del Estado con mayúscula me preocupa. El Estado es una fórmula que choca con frecuencia con la Naturaleza. Lo consideraré. Un abrazo, José Luis.
ResponderEliminarRaticulina, no era el sentido que Jean le daba, pero caben muchas interpretaciones, claro. O acaso no lo expresé bien, siempre fue este blog bastante críptico.
ResponderEliminarÁmbitos que son complementarios.
ResponderEliminarun abrazo.
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ResponderEliminarLos individuos chocamos con frecuencia con la naturaleza porque nuestra relación con ella se basa en el dominio, en la colonización. Qué es si no un Estado. Abrazos
ResponderEliminarNo vas descaminada, Mariola. Un individuo es un ser pero también un espacio, un mundo. Ya lo creo. Gracias.
ResponderEliminarJosé Luis. Obviamente, uno de los grandes problemas de las culturas y civilizaciones humanas es el enfrentamiento y discordancia entre Naturaleza y Sociedad. Puesto que los humanos establecemos conquista, dominio, avasallamiento, control y destrucción de la naturaleza (incluída la interior, la personal) nos constituímos automáticamente en ente de poder. Estado. Compartimos la idea.
ResponderEliminarSi no es estado es la flor de la auyama que, por cierto, el puré de auyama está muy bueno. :)
ResponderEliminarEs broma.
Una cúpula estatal. Y entes que se enfrentan, natural como la misma naturaleza.
Besos
Andri, angelnegroblanco o retrete28
Pero es verdad que el puré de auyama está retebuenísimo!!
ResponderEliminarEl perseverante observa el desplazamiento y se arriesga en ir por él, sabiendo que nunca será suyo. Dar pasos sin permiso sabiendo que en lo arduo de habitar mundos se habitarán mundos transitorios, paralelos, convergentes, opuestos. Habitar mundos, como habitar en el poema.
ResponderEliminarAndrés, comparto esa orientación que sugieres. Lo bordas a la perfección. Me identifico. ¡Gracias! Esto es lo bueno de los blogs: que nos sabemos únicos y a la vez no-únicos.
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