¿Es tu tibia voz, el desgarbado caminar o el imperceptible y lento ejercicio cuando tomas con tus manos un objeto lo que me admira? ¿Es la inquietante atención que prestas a los sonidos de la naturaleza lo que me asombra? ¿Es tu desdén por otras voces y la despreocupación por ajenos ruidos lo que provoca mi observación cautelosa? Hija del silencio debes ser. Tal sigilo ansío para mí, cansado del griterío de los días, hastiado de las confusiones, desvalido por las pérdidas. ¿Me castigo o me premio cuando te miro, huidizo, desde el ángulo roto de mi retina?
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Esa descripción en cierto antiguo lenguaje mitológico, iniciativa y alternativo se corresponde a la perfección con una conjunción (intensa unión planetaria) situada en el eje vital entre lo lunar o instintivo y lo disciplinario o saturniano. Suele otorgar cargas, lentitud y materialización. “Liike a rolling stone .” Literal. No lo sé definir mejor.
ResponderEliminarAlgún otro tiene semejantes características en constante diálogo y comunicación entre sí (sextil, me parece recordar que a 60 grados de distancia, pero en distinto entorno mundano lo cual ofrecería unas circunstancias radicalmente diversas a la “conyuctio “ (quizás de ahí proceda el término coyuntura. Lo ignoro).
No está mal aprender y aprehender conceptos de otras interpretaciones que me desbordan.
EliminarUn premio porque es alimentarse de esa calma ansiada y deseada.
ResponderEliminarMil besitos.
A Jean se le dieron siempre mal los premios, al menos los convocados. La vida premia de múltiples maneras; por ejemplo, con la curiosidad, o la generosidad. Etcétera.
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