La arquitectura de los hombres no prevé los elementos de la bondad. Cuesta reconocer el deterioro del pasado.Sin embargo no pueden impedir que las fisuras del tiempo hagan emerger las voces ocultas.
Definitivamente, volver a las cavernas, no lo veo yo. Aunque haya deterioro en la arquitectura nada bondadosa del hombre.
Y claro que reconocer el deterioro de esas grandes construcciones, mentales o física, de memoria o las que son tangibles como vulgares edificios, es algo que cuesta de reconocer. Pero el tiempo deteriora en parte la memoria del hombre y es posible, si esta evanescencia me deja reconocer, que por eso la voz del hombre emerja a pesar de todo.
No sé, sigo con mis especulaciones aquí en la evanescente, es lo que "debe" ser. Lo seductor que no le falta. Eso sí, que no haya ninguna alusión por parte del autor, que lo de seducir lo digo estrictamente por la evanescente. Aclarado este punto, seguiré esperando las entregas que falten.
Esto me fascina, esta serie. Parece la historia de la creación del lenguaje -y de nuestro ideario, entre otras muchas cosas- contada por goteo. Me fascina. Un saludo.
Susan, qué curioso es todo. Cómo desarrollais vuestras propias capacidades de exégesis. Me encanta. El goteo, como la vida misma, lenta pero inexorable.
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
ResponderEliminarDefinitivamente, volver a las cavernas, no lo veo yo. Aunque haya deterioro en la arquitectura nada bondadosa del hombre.
ResponderEliminarY claro que reconocer el deterioro de esas grandes construcciones, mentales o física, de memoria o las que son tangibles como vulgares edificios, es algo que cuesta de reconocer. Pero el tiempo deteriora en parte la memoria del hombre y es posible, si esta evanescencia me deja reconocer, que por eso la voz del hombre emerja a pesar de todo.
No sé, sigo con mis especulaciones aquí en la evanescente, es lo que "debe" ser. Lo seductor que no le falta. Eso sí, que no haya ninguna alusión por parte del autor, que lo de seducir lo digo estrictamente por la evanescente. Aclarado este punto, seguiré esperando las entregas que falten.
Abrazo
11 de agosto
Esto me fascina, esta serie. Parece la historia de la creación del lenguaje -y de nuestro ideario, entre otras muchas cosas- contada por goteo. Me fascina. Un saludo.
ResponderEliminarSusan, qué curioso es todo. Cómo desarrollais vuestras propias capacidades de exégesis. Me encanta. El goteo, como la vida misma, lenta pero inexorable.
ResponderEliminarmuy bueno.
ResponderEliminardice leonard cohen que "hay una grieta en todo, así es como logra entrar la luz."
ResponderEliminarLa arquitectura del hombre deja mucho que desear..
ResponderEliminarhttps://lh5.googleusercontent.com/-X-LGJ_rHQic/TkPXb5SefWI/AAAAAAAApuo/jHkVaE-Hdmw/s640/perla%2525201.jpg
ResponderEliminarTienes toda la razón.
ResponderEliminarSaludos.
Cristofer.
Hola, he venido a plantarte un besote en la mejilla mi querido Jean. :)
ResponderEliminarSólo eso, muuuuuuuaaaahhhkkkk!
Emiliano, tu cita me resulta oportuna. Y viniendo de Cohen ("Los hermosos vencidos", recuerda) se presenta creíble.
ResponderEliminarSaludo.
Lou. Debe ser una arquitectura en perpetua construcción. Tengamos paciencia y esperanza.
ResponderEliminarEmejota, esa telaraña debe ser de la aristocracia de las arañas. Las mías son humildesy proletarias, ja.
ResponderEliminarCristofer, no sé, sólo indago. Abrazo.
ResponderEliminarAndri, ¿y si te llenas de telarañas?
ResponderEliminarGracias.