Ambos se desprenden de sí mismos. No serán lo que han sido. Y en esa cesión que lleva implícita toda lid la tensión no posee tiempo ni entiende de lugar.
Calor frío. Quiero decir que hay calores que son fríos y viceversa. Y así como están separados en lo físico, en lo abstracto es claro que pueden unirse hasta sin lucha. Y menos la de separarse. En verdad: mira un termómetro...los positivos y los negativos están dentro del dicho instrumento para medir la temperatura, no están separados...en los grados fríos lo que hay es menos calor, pero el frío quema.
No sé. Yo siempre voy por mi lao de la acera. Ni remotamente me acerco a lo que quieres decir y mucho menos me preocupa.
Y aparentemente separados, pues en realidad tal separación, yo la dudo, pero ese es mi problema. Es cuestión de que yo lo que le veo a los cuadrúpedos son quintas patas.... Al menos yo me entiendo.
Andri, calor y frío anidan en nuestras entrañas, como lo hacen en el fondo de la tierra, de otras especies de animales y de plantas, en otros mundos micros o en toda la inmensa y amplia materia que circula por lo que llamamos desde nuestro rincón humilde el espacio.
Pasearse por el mundo de los blogs y encontrar alguno como éste, es como una travesía andando en el desierto y llegar a un oasis. No voy a comentar en concreto esta última entrada de tu serie Mythos, pero he leído las de Combates, Simbiosis, Palpaciones y Hábitat, y veo textos poéticos muy bellos, reflexivos, profundos. Gracias por estar ahí, Jean. Yo me quedo contigo.
Pero cuando se desprenden de sí mismos y no son los que han sido, mudan su piel y ya no aparece la tensión sino el reflejo que perdurará. No sé. un abrazo.
Pero cuando se desprenden de sí mismos y no son los que han sido, mudan su piel y ya no aparece la tensión sino el reflejo que perdurará. No sé. un abrazo.
Luis Nieto, gratas tus palabras, claro. A veces me parece esto una nebulosa más que un oasis, pero las percepciones son abiertas y muy en función del receptor. Y me alegro por ello.
Por supuesto, pasa cuando desees. Ya anduve oteando tu Volcán. Seguiremos. Un abrazo.
Mariola, entiendo que todo desprendimiento niega lo anterior, deja de ser lo anterior, se va a una nueva conformación, en la geología, en lo molecular, en el crecimiento de los individuos...
Calor frío. Quiero decir que hay calores que son fríos y viceversa.
ResponderEliminarY así como están separados en lo físico, en lo abstracto es claro que pueden unirse hasta sin lucha. Y menos la de separarse. En verdad: mira un termómetro...los positivos y los negativos están dentro del dicho instrumento para medir la temperatura, no están separados...en los grados fríos lo que hay es menos calor, pero el frío quema.
No sé. Yo siempre voy por mi lao de la acera. Ni remotamente me acerco a lo que quieres decir y mucho menos me preocupa.
Besos.
Y aparentemente separados, pues en realidad tal separación, yo la dudo, pero ese es mi problema. Es cuestión de que yo lo que le veo a los cuadrúpedos son quintas patas....
ResponderEliminarAl menos yo me entiendo.
Andri, calor y frío anidan en nuestras entrañas, como lo hacen en el fondo de la tierra, de otras especies de animales y de plantas, en otros mundos micros o en toda la inmensa y amplia materia que circula por lo que llamamos desde nuestro rincón humilde el espacio.
ResponderEliminarCeder... cuánto y cuándo. Abrazos
ResponderEliminarPasearse por el mundo de los blogs y encontrar alguno como éste, es como una travesía andando en el desierto y llegar a un oasis. No voy a comentar en concreto esta última entrada de tu serie Mythos, pero he leído las de Combates, Simbiosis, Palpaciones y Hábitat, y veo textos poéticos muy bellos, reflexivos, profundos. Gracias por estar ahí, Jean. Yo me quedo contigo.
ResponderEliminarUn cariñoso abrazo desde 'Poemas del volcán'
De eso trata el arte, cualquier tipo de arte desde el más material hasta el antimaterial. Beso.
ResponderEliminarPero cuando se desprenden de sí mismos y no son los que han sido, mudan su piel y ya no aparece la tensión sino el reflejo que perdurará.
ResponderEliminarNo sé.
un abrazo.
Pero cuando se desprenden de sí mismos y no son los que han sido, mudan su piel y ya no aparece la tensión sino el reflejo que perdurará.
ResponderEliminarNo sé.
un abrazo.
José Luis, pero ¿cómo medirlo? A mi me cuesta...
ResponderEliminarLuis Nieto, gratas tus palabras, claro. A veces me parece esto una nebulosa más que un oasis, pero las percepciones son abiertas y muy en función del receptor. Y me alegro por ello.
ResponderEliminarPor supuesto, pasa cuando desees. Ya anduve oteando tu Volcán. Seguiremos. Un abrazo.
Emejota, no seas tan sucinta, no te capto del todo.
ResponderEliminarMariola, entiendo que todo desprendimiento niega lo anterior, deja de ser lo anterior, se va a una nueva conformación, en la geología, en lo molecular, en el crecimiento de los individuos...
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