Que tristeza, no tener a nadie que te extrañe...Saludos desde el aire
Me extremezco.
Esto me remite a las cavernas, al momento en el que el hombre todavía no inventaba las palabras.
Rosa, puede ser, pero en el mundo de las especies ha ocurrido con frecuencia.Gracias por pasar.
¿Y eso, Isabel? Lo impresionable puede ser objeto de control; con solo mirarlo de otro modo...Buen día.
Susan, y que acaso iba perdiendo las viejas expresiones, por ejemplo. Fue un largo proceso de tiempo y de esfuerzo insconsciente, cuyo detalle evolutivo apenas se empieza a esbozar ahora a grandes rasgos. Cuesta imaginarlo.
A veces pasa uno sin pena ni gloria, pero creo que éste no es el caso.Ya lo iremos descubriendo.un abrazo.
Mariola, puede ser el caso. Depende la sensibilidad del que busca la verdad.
Cuesta, es correcto, y cuando te abstraes en ese tema, la mente se le va a uno de los dedos, se va.
Susan, la mente, que tanto tira de nosotros, a veces como caballo desbocado.
Que tristeza, no tener a nadie que te extrañe...
ResponderEliminarSaludos desde el aire
Me extremezco.
ResponderEliminarEsto me remite a las cavernas, al momento en el que el hombre todavía no inventaba las palabras.
ResponderEliminarRosa, puede ser, pero en el mundo de las especies ha ocurrido con frecuencia.
ResponderEliminarGracias por pasar.
¿Y eso, Isabel? Lo impresionable puede ser objeto de control; con solo mirarlo de otro modo...
ResponderEliminarBuen día.
Susan, y que acaso iba perdiendo las viejas expresiones, por ejemplo. Fue un largo proceso de tiempo y de esfuerzo insconsciente, cuyo detalle evolutivo apenas se empieza a esbozar ahora a grandes rasgos. Cuesta imaginarlo.
ResponderEliminarA veces pasa uno sin pena ni gloria, pero creo que éste no es el caso.
ResponderEliminarYa lo iremos descubriendo.
un abrazo.
Mariola, puede ser el caso. Depende la sensibilidad del que busca la verdad.
ResponderEliminarCuesta, es correcto, y cuando te abstraes en ese tema, la mente se le va a uno de los dedos, se va.
ResponderEliminarSusan, la mente, que tanto tira de nosotros, a veces como caballo desbocado.
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