jueves, 21 de abril de 2011

Orígenes, VI



Cuando los antifaces se rompen, ¿qué queda? ¿Lo que hay detrás o el vacío? ¿Y si su esencia es precisamente el vacío? En su curso de disolución la pureza avanza hacia su autodescubrimiento.  Se deja llevar por la senda de la nada.

9 comentarios:

  1. La nada o el vacío es la reafirmación del todo, es la maqueta invisible, es la causa, es plenitud, existe por sí misma... El todo es dependencia de ella.

    En definitiva siempre la vi como premisa universal, Jean, por ello los antifaces siempre son efímeros.

    Besos

    ResponderEliminar
  2. Qué bien lo expresas, Gabriela. No en vano la nada es también el origen pero, principalmente, su acontecer cotidiano, lo que se forma y se disuelve.

    Y tan efímeras que son las máscaras. No obstante, hay que ver qué sistema de vida gira en torno a disfraces, máscaras y mascarones (y no de proa precisamente)

    Un beso.

    ResponderEliminar
  3. Cuando el antifaz se rompe queda algo por construir, queda el caos de lo que no hemos sabido ser sin una máscara, una forma de vacío, por supuesto. Un saludo.

    ResponderEliminar
  4. Puede ser, Susan Ulrich. Pero muchos solo saben aquello de "a antifaz roto, antifaz repuesto". Tanta gente se ha acosumbrado a vivir con una máscara que no sabría vivir de otra manera. Esto o perecer.

    Gracias por pasarte.

    ResponderEliminar
  5. /.../Absuelto de las máscaras que he sido,
    seré en la muerte mi total olvido.
    PIEDRAS Y CHILE (Jorge Luis Borges)
    Un saludo.

    ResponderEliminar
  6. Mateo, qué bien que me descubras estos versos de Borges. Magníficos en su expresión, me estimula saber que uno sigue la senda del despojamiento de las máscaras.

    Cordial.

    ResponderEliminar
  7. Claro, Jean, en este caso la máscara es la cárcel a la que se acostumbra el preso.

    ResponderEliminar
  8. Una máscara que apresa y sin embargo en la que nos refugiamos, con la que nos defendemos...complejo, contradictorio, y ¿será así?

    ResponderEliminar
  9. Bueno, no tengo eso claro, no sé si será así. Creo que la máscara es un mecanismo de defensa contradictotio, no sé en qué parte se borra la línea de su función, en qué parte la máscara es una prolongación del rostro, en qué parte el rostro deja de tolerar la máscara. En todo caso, vivir con algo de autenticidad, si es que tal cosa es realmente posible, requiere tener el valor de exponer la propia vulnerabilidad en el momento adecuado, porque ese acto, en sí mismo, es símbolo de entereza, de fuerza, y esa fuerza radica, ni más ni menos, en ser honesto, el que es honesto se sabe pequeño, se sabe vulnerable y, a la vez, se opone a la máscara. El problema, en todo caso, es el instinto de supervivencia, Jean, sin ese instinto nos habríamos evaporado, pero a la vez esa tendencia de sobrevivir, de aferrarse a la vida con las uñas, nos obliga a construir una cáscara, así bonita, de hojalata, de colores, que nos ponemos en la cara hasta que, un día, zas, olvidamos que la tenemos puesta, y se convierte en una parte de nosotros. Pero qué rollo te estoy metiendo, disculpa. jaja.

    ResponderEliminar