viernes, 4 de junio de 2010

Árbol caído (5)


De ese desprendimiento nacen páginas de un libro. Es la materia prima, es la forma, es la escritura. ¿Alguien podría negar los signos transparentes que se han quedado a medias y buscan nuevas savias? El alma de las letras se compone de filamentos ilimitados. Cada hilo agota un texto, o vincula otro, o resucita el nonato. Leo en el árbol lo que no leo ya en la tinta.

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