miércoles, 23 de marzo de 2011

Disoluciones. y 6




Remolino. Ni agua ni fuego. Ni viento ni tierra. El eje invisible actúa como un huso donde se enredan los hilos cambiantes. El efecto es tan hipnótico que precipita miradas y anula una exégesis. Son los sentidos los que se dejan tocar por la oscuridad telúrica. Se escucha un eco hondo peligrosamente atractivo.


11 comentarios:

  1. lo de que anula la exégesis no cabe duda
    bromas aparte, me parece muy original tu manera de describir

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  2. Pues estuve a punto de poner interpretación, pero me dije: ¿por qué no vindicar el término griego?

    Por lo demás, se trata de una búsqueda, trapecista, como otra cualquiera. Gracias por pasar e interesarte.

    Saludos.

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  3. En la solución de la disolución nos encontraremos todos. Un fuerte abrazo.

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  4. Ha sido muy interesante seguir (con expectación) cada movimiento y dejarse llevar por la misteriosa atracción…

    Yo espero por la próxima.

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  5. Emejota, suena a acertijo humorístico, pero no vas descaminada.

    Abrazo.

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  6. Quelle, la verdad es que hay tantos reflejos, y ninguno es igual a otro; el tono del cielo, la intensidad del sol, la brisa que sopla, la parada del viento, el calor o el frescor, incluso los ojos del que observa...tantas situaciones convergen para que no haya dos disoluciones idénticas...

    A ver, me pienso la próxima serie.

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  7. De lo Uno a lo Múltiple; boca de un reloj de arena. No hay dos disoluciones idénticas, aunque todas acaben y empiecen en lo mismo.
    Me sumo a tus imágenes y tus palabras.

    Un abrazo.

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  8. Lo singular y lo plural se atraen y se rechazan, pero forman el todo. No hay dos respuestas idénticas nunca. Las imágenes me procuran un punto de reflexión, muy críptico en ocasiones, lo siento. Pero es mi indagación.

    Veo tu blog, me meto a echarle un vistazo con más calma.

    Gracias, Andreas, por pasarte. Saludable tarde.

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  9. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

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  10. Esa atracción formal que proporciona la belleza, resulta tan íntima y misteriosa como cuando se descubre, desde el caos, la razón sencilla que hace fructíficar la ciencia

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  11. MBI, no puedo sino participar de tu palabra que considero también la razón. Nada que añadir. Eso me hace pensar en que la indagación científica está dotada de una enorme belleza, algo que puede que no vea el común de los mortales. Pero sucede lo mismo con otras artes.

    Gracias por tu opinión. Saludos.

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