jueves, 14 de septiembre de 2017

34. Aprendizaje de los animales fantásticos




Muchos seres híbridos quieren ser más híbridos todavía. No solo mezcla de uno o dos animales, sino de animal y hombre, sino de hombre y mujer. Incluso los hay que pretenden incorporar más elementos porque, piensan, cuanta más diversidad exótica haya más enriquecimiento personal se obtendrá. Para ello no dudan en apoderarse de otros seres y extraer aquellos órganos que les interesa añadir a los propios. Si estamos dotados de más personalidades más perfectos seremos, mascullan. ¿Que se quiere galopar y volar? Se mixtifican cuerpo de gacela y alas de águila. ¿Que se intenta sentir como humano y como animal? Se prepara el híbrido de hombre o mujer y de caballo. ¿Qué viene bien ser visible y cuando interese invisible? Hay híbridos que han conseguido ser elefante y a la vez ácaro. Lo admirable del mundo de los seres mezclados es que la idea de utilidad estimula los fines que pretenden lograr. Lo sorprendente es que en ese nuevo ser desaparece el dominante, porque siempre la otra parte sustrae el ímpetu o la soberbia de la parte que pretenda imponerse. En ese sentido, el problema es que hay vidas de las que no se sabe si van o vienen. Si quieren estar o quieren destruirse. Las posibilidades de crecer llevan parejas las de disminuir. 

Un biólogo de la región china de Shaanxi opina que los seres mestizos son más bellos e inteligentes cuanto menos trata de imponerse una de sus dos personalidades físicas. Cómo llegar al equilibrio es producto del azar. Lo importante, dice Han Yi (nombre ficticio de dicho científico), es tener cierta claridad de lo que se desea. No acumular propiedades de otros seres solamente porque se haya visto que en ellos funcionan. A la pregunta de un periodista sobre el futuro que ve a estos híbridos el hombre de Shaanxi responde: hace tiempo que empezó el futuro de los seres mestizos, pero no lo habíamos observado. Compruebe usted el comportamiento de un pretendido humano a lo largo de uno o dos días  -sistema de comidas, movimientos, miradas, organización del sueño, silencios o parladas-   e irá sacando conclusiones sobre los animales que le configuran. Por supuesto, también puede observarse a sí mismo, pero ahí el riesgo es no tener suficiente perspectiva para dar con la clave de su formación. 

Si la cifra de tu dado te ha detenido aquí, elige sin dudar demasiado un modelo de ser fantástico y sigue pulsando la suerte.



(Ilustración de Artemio Rodríguez)



2 comentarios:

  1. Ya de antaño mitologías y astrologías orientales, occidentales, mesoamericanas, amazónicas filosofaban/analogizaban sobre esta cuestión. Después vendría el dominio del cientificismo para ridiculizar aquellos mitos. Cada enfoque con sus respectivas falacias tiene sus pros y sus contras.
    El ejercicio de discernimiento se impone pero incluso este suele estar mediatizado por factores personales.
    Ahora bien ni te cuento lo divertido que resulta deducir conclusiones pasajeras conjugando imágenes mitológicas
    que conforman un lenguaje diferente y por supuesto entretenidamente maldito. Tengo pendiente conmigo misma intentar escribir/aclarar esta cuestión, al igual que la percepción temporal...cuando inspiración y circunstancia me acojan.

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    1. Y quién no la tiene. La criba de Jung está al alcance aunque no siempre sea fácil manejarla. Y aunque los de alta tensión escéptica no la creamos del todo.

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