...te sorprenderás, susurraste, pues quien fue ave puede ser árbol, y siendo árbol qué ramaje no es capaz de ser extendido sobre la confusa aproximación de un hombre, pues ¿hay algo más representativo, y sobre todo útil, que la envoltura vegetal capaz de capturar la presa al acecho?, son ensoñaciones mías, te repetías una y otra vez, pero una ensoñación es también conciencia, pensaste, es disposición a recibir lo desconocido y al ente que no solo encarne el deseo, sino que coincida en la enramada que crece y que tiene delante todavía la savia suficiente para satisfacer lo pendiente y confirmar lo comprobado, despreciando el riesgo y sorteando las tormentas que reducen pero a la vez hacen crecer
(Imagen de Inés González Soria)
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