...uno no sabe si sobrevuela o se sumerge en este paisaje inesperado, si pende o fija sus pies, si atiende a voces nunca escuchadas antes o es cautivado por el rumor silente de una fontana secreta, si lo que le apacigua es una ribera fértil o la sedosidad de unas dunas que contienen los oleajes, si corona una elevación o se adentra en la cavidad protectora de los orígenes, uno no sabe si debe afirmarse en la fugacidad de los pensamientos o disolverse en la marea turbulenta de sensaciones incontroladas, y mira a la mujer y la interroga con la expresiva mudez que emite el pálpito de sus cuerpos deslizantes, donde la confusión deletrea un nuevo abecedario
(Imagen de Inés González Soria)
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