...me invade su lentitud, esa actitud suya que no es inexperta pero tampoco apremiante, esa búsqueda parsimoniosa palmo a palmo de espacios que aun conociendo yo misma en mi cuerpo no son tratados del modo conocido, ni según su dominio ni según la torpeza, y esa apreciación que me trasmite de que a medida que me explora también él se tantea enardece mis sentidos, ambos arrojados a una levedad a través de la que parece que no fuéramos a llegar nunca, que genera un ámbito ignoto, que no me hace reclamar ninguna presencia pretérita, por la que no echo de menos lejanos placeres que se tenían por elevados o no traspasables
(Imagen de Inés González Soria)
No hay comentarios:
Publicar un comentario