...si ella viene a este lado y yo voy al suyo, si siento mi cuerpo como si fuera el de la mujer, si dejo de exigirme ni pretendo nada sino girar envuelto en el movimiento que trueca las sensaciones, si de dos sexos se hace uno que nos multiplica, si se pierde la noción de los órganos y no se sabe si son mis manos o las suyas, si es su torso o el mío, si es su pubis o mi pelvis, si no distinguimos las bocas porque son una sola corriente, si yo recibo o ella acomete, si nuestros cabellos se enmarañan hasta hacernos pender de lejanos y oscuros secretos de otros individuos que nos precedieron, si esa vorágine es la ensoñación que ella propone lúdicamente
(Imagen de Inés González Soria)
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