...el primer pulso siempre es la mirada, pero si el hombre piensa que mantener la fijación supera la otra capacidad observadora probablemente se equivoque, él mira de un modo que se pretende impositivo, la otra mirada aparenta someterse, él quiere decirlo todo de sí mismo, ella se difumina, él va elevando toda su envergadura, la que tiene enfrente regatea los movimientos del otro, el hombre se crece totalizador de cuanto le rodea, la mujer permanece sutil y silenciosa, él de pronto no avanza, no sabe, no puede y tiembla, tratando de ocultarlo, ella se ha apoderado de la otra mirada y sin moverse avanza, el otro intenta salvar su iniciativa, pero la mujer se ha adueñado de esta y la ha reducido
(Imagen de Inés González Soria)
Si es posible que lo que se ve o el modo de verlo varia entre personas, podria ser al reves la mujer ve asi y el hombre asa.
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