lunes, 21 de agosto de 2017

18. El pájaro de la fabulación




Demasiados pájaros en este juego. Repetidas ramitas simbólicas en sus picos. Pero ni las garras ni las alas prestas a ser agitadas al menor peligro ni sus graznidos te dan confianza. Miras a unos con respeto, a otros con afecto, a los más con disimulo. Las aves son las herederas de aquellos animales fabulosos que poblaron el planeta antes del gran cataclismo. Por eso hay tantas. Por todas partes. Con todo tipo de plumajes y tamaños y formas. Las hay leves y pequeñas; las hay corpulentas y poderosas. Aves del cielo y del mar y de la tierra y del fuego.

Recuerda la historia que te contaron de niño. Un grupo de hombres estaba a punto de perder la vida porque el fuego se apagaba. No tenían más ramaje y por lo tanto era imposible avivar aquel hogar al descubierto. La desesperación crecía entre ellos. Invocaron el fuego profundo de la tierra, ese que dicen los viajeros que es emitido brutalmente de vez en cuando hasta cambiar la faz del suelo. Súbitamente, de entre los rescoldos de la hoguera que se extinguía emergió un ave de plumas como llamas y su vuelo era una mezcla del humo y ceniza al viento. El pájaro hablaba con el sonido del chisporroteo. Luego revoloteó sobre los hombres que estaban a punto de ser presas del frío más atroz y así estuvo toda la noche, dando vueltas sobre sus cabezas y calentándolos. Hasta que amaneció y el sol empezó a llegar generoso y directo a los cuerpos. Los hombres se habían quedado dormidos placenteramente por efecto de aquel calor mágico. Cuando despertaron en la hoguera solo había ceniza de colores y el ave ígnea había desaparecido.

Está bien que quieras mantenerte una jugada en esta casilla, sin avanzar. Sientes que aún perdura en ti un calor inexplicado. Pero debes partir antes de que los otros jugadores den con el pájaro de fuego y lo pongan en cautividad. 


(Ilustración de Artemio Rodríguez)

4 comentarios:

  1. Me recuerda la historia de Quetzal (pájaro)-coatl (serpiente). Aun me agradan aquellos cuentos maravillosos solo que ahora se llaman mitos y se les puede sacar punta!
    Cierto, demasiada pluma, garra y pico en este jueguecito de Artemio.

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    1. Pues no queda. El jugador empieza a estar hasta la coronilla, pero lo que dice Jean: hay tantas variedades...y uno no se puede saltar casilla por las buenas, sería hacer trampa.

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